¿Arte y/o interiorismo?

¿Es el diseño el octavo arte? Diseño y arte han sido y son dos mundos que se han relacionado y en otras ocasiones ignorado. Para algunos no se puede entender uno sin otro, para otros son dos mundos sin relación.

Bruno Munari, diseñador y teórico italiano, en una obra recientemente reeditada, Artista y diseñador, señala que son mundos que van en paralelo pero que no son contrapuestos. El artista realiza un trabajo personal, subjetivo; el diseñador trabaja para un público amplio, para la industria, busca la funcionalidad.

El interiorismo, como campo del diseño, también ha entrado en esta discusión. Para algunos interioristas y decoradores no hay lugar a dudas. La estética, la belleza, forman parte intrínseca de un interior. Elementos como la creatividad o el valor del color-cromatismo, hacen que no se pueda entender el diseño de interiores sin el arte. Para otros la funcionalidad, los conceptos estructurales de un interior hacen del arte e interiorismo dos realidades absolutamente ajenas una a la otra.

La historia del interiorismo nos puede ayudar a entender mejor esta relación u oposición. Hasta el siglo XIX es un tema que ni siquiera se plantea. El interiorismo forma parte de la arquitectura. No hay diferenciación entre arte e interiorismo, aunque es en los interiores de las clases elevadas donde se da importancia a los elementos estéticos-artísticos y en los de las clases inferiores lo funcional es la base.

En el siglo XIX entramos plenamente ya en la discusión. No se habla de interiorismo sino de artes decorativas integradas en unas artes aplicadas. El Historicismo, que parte de la inspiración en estilos del pasado y que domina el siglo XIX, hace de lo estético, de lo artístico su base. Se contrapone esta visión con la industrialización dominante que hace que aparezcan productos como el mobiliario Thonet en que lo artístico es un elemento secundario. El movimiento Arts and Crafts con su líder W.Morris, es uno de los primeros que se plantea los términos arte y diseño. Busca una integración entre los dos aspectos. Aunque movimiento de final de siglo como el Esteticismo y el estilo Nouveau-Modernista vuelven a dar primacía a lo artístico. Esteticismo que lo deja claro hasta en su lema “El arte por el arte” y el estilo Nouveau como un “arte nuevo”.

Los planteamientos de Loos con su “ornamentación como delito”, la casa como “máquina para vivir” de Le Corbusier, los trabajos de la Bauhaus, son muestras del dominio de lo funcional-racional en el siglo XX. El Movimiento Moderno, el Estilo Internacional, el Organicismo, dejan de lado casi absolutamente lo artístico-estético. Aunque a la vez en el mismo siglo encontramos estilos como el Deco, el movimiento Pop o el Posmodernismo que reivindican lo artístico y reniegan de lo funcional.

En la actualidad la dicotomía arte y/o interiorismo permanece. Estrellas del diseño,como Starck, Rashid, Hayon, se definen más como artistas que como interioristas. Lo artístico se une a conceptos como creatividad o innovación que dominan el actual discurso del diseño. De alguna forma lo artístico aleja lo que de oficio tiene el interiorismo. Le da un marchamo de calidad y valor.

Quizá nos encontremos ante una discusión estéril. Quizá haya que ir al concepto de William Morris, esa fusión entre lo útil y lo bello.

Texto: Fausto Sánchez-Cascado «Historiólogo creativo»

Fuentes

_ MUNARI, Bruno. Artista y diseñador. Gustavo Gili, 2019

_ midecoracion.com/casas/por-que-el-interiorismo-debe-considerarse-un-arte

_ arteactual.online/single-post/2018/02/12/interiorismo-y-arte

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