Oficinas. Diseño en los espacios de trabajo

La llegada de septiembre supone, para una parte importante de la población, la vuelta al trabajo después del periodo de vacaciones. Las oficinas son uno de los espacios de trabajo más comunes en nuestro mundo occidental. Oficinas que en los últimos años están sufriendo importantes cambios en su estructura interior.

Nuestro actual concepto de oficina nace en la antigua Roma, al ser ya un imperio en que la burocracia era importante. Las oficinas eran, a menudo, parte de un palacio o templo. El modelo romano se extendió a Bizancio y el mundo islámico. Las cancillerías medievales estaban repletas de casilleros con pergaminos. El modelo de las cancillerías medievales no cambió de forma importante en la edad Moderna. Las oficinas del siglo XIX toman el modelo del trabajo en serie y alinean los pupitres de los oficinistas según sus tareas.

La llegada del siglo XX implicó un nuevo concepto de espacio de trabajo. Se realizaron los primeros espacios abiertos, sin paredes. Frank Lloyd Wright en 1906 construyó el que se considera el primer edificio de oficinas moderno, el Larke Buuildig. Eran espacios en que se podía supervisar fácilmente a los trabajadores. Espacios jerárquicos. Hasta la década de los cuarenta este modelo se mantiene. En los años cincuenta en EE.UU y Europa, aparece el concepto de la Action Office (Bürolandschaft en Europa) que podríamos traducir como paisaje-oficina. Un espacio abierto, con varios niveles y movilidad de espacios y mobiliario. A partir de finales de los sesenta el Action Office derivó en un sistema en que los cubículos dominaban, un espacio que llevaba al aislamiento. Las últimas décadas del siglo, de los setenta a los noventa, fueron la época de los parques empresariales, de los campus corporativos. Surgen en Estados Unidos en Silicon Valley. Eran una especie de ciudades-jardín de edificios bajos, en las periferias de las grandes metrópolis.

Las últimas tendencias en espacios de trabajo se centran en los espacios abiertos y flexibles. Oficinas que rompen con las jerarquías, en las que se deja de lado el concepto tradicional de despacho. En las que no hay un espacio fijo asignado para cada trabajador. En que se busca espacios diáfanos, en que se pueda desarrollar un trabajo colaborativo y una libertad de acción. En ellos podemos encontrar: áreas de juego, espacios verdes, zonas de restauración, gimnasios… Se buscan espacios confortables e inspiradores, con la idea de que el bienestar y la satisfacción del empleado mejora la productividad y disminuye el absentismo. Ejemplos de estos nuevos espacios de trabajo son por ejemplo el nuevo centro del BBVA en Las Tablas (Madrid), los de Google y Facebook en Silicon Valley o las nuevas oficinas de Vodafone en Madrid.

Este nuevo concepto de espacios de trabajo también tienen sus críticas. Según Arturo Lahera, profesor de Sociología del Trabajo de la Universidad Complutense de Madrid, estamos ante una nueva versión de las colonias industriales del siglo XIX, una mezcla de ciudad y fábrica integrada. En el fondo otra forma más moderna de control de los trabajadores. Danièle Linhart, investigadora de la NRS de París, indica que no deja de ser una forma de paternalismo, concesiones al bienestar de los empleados, pero sin olvidar nunca que el objetivo final es la eficacia y productividad.

Oficinas, espacios de trabajo, ese lugar donde cumplimos esa máxima Bíblica: “(…) ganarás el pan con el sudor de tu frente (…)”

Texto: Fausto Sánchez-Cascado, “historiólogo creativo”.

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Oficinas Novatec Group diseñadas por Tiovivo Creativo (Foto: JF Photography)

Referencias:

_ LÓPEZ LETÓN, Sandra; “Oficinas sin despachos ni papeles”, El País-Negocios, 03-01-2015

_ SAVAL, Nikil. Cubed: A secret history of workplace. Random House, 2014

_ VICENTE, Alex; “La nueva arquitectura de trabajo”, El Pais Semanal, 07-07-2016

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