EXCUSADOS

Excusados, lavabos, toilettes, muchos nombres para referirnos a lo que en general conocemos como cuarto de baño. Uno de los ámbitos del interiorismo que más cambios ha recibido a lo largo de la historia. Un espacio que ha pasado de ser básicamente exterior-público a interior-íntimo; que refleja claramente el nuevo concepto de privacidad que se desarrolló a partir del siglo XIX.

Hasta el siglo XVIII el aseo se entendió como un aspecto público. En la prehistoria la higiene tenía como marco la propia naturaleza. El primer baño del que tenemos referencia lo encontramos en Creta (Palacio de Knossos). En Grecia, Roma y el mundo islámico el baño era fundamentalmente público: baños griegos, termas romanas, hammams árabes eran lugar de higiene pública, socialización y, en el caso árabe, con una función también religiosa. En Roma también existían letrinas públicas, solo algunos patricios disponían de letrinas o termas privadas. La Edad Media supuso un retroceso en cuanto a la higiene (cosa de “herejes o sodomitas”), solo hay un cierto resurgir de los baños públicos hacía su final. Es en el siglo XVIII cuando se inicia la transformación de lo público a lo privado en los lavabos. Volvieron a aparecer las letrinas colectivas en las casas. Aparecieron antecedentes de nuestro actual sanitario-inodoro y piezas como el bidé. El siglo XIX es el momento del inicio de nuestro actual cuarto de baño. A finales de siglo el nuevo sistema de alcantarillado de la ciudades, permitió su modernización y privatización, aunque todavía lo más común es que diferentes pisos compartieran el mismo aseo situado en la planta baja. Pero es el siglo XX cuando se consolida la importancia del cuarto de baño. Se introduce en el interior de cada casa, la ducha se separa de la bañera, aparecen las bañeras de hidromasaje, las mamparas de ducha y ya en la década de los noventa le grifería termorreguladora.

En la actualidad un cuarto de baño es más que un espacio de higiene. Es un elemento clave de la vivienda. Su equipamiento se ha hecho digital y tiene relación con los estilos-tendencias de otros ambientes de la casa. Así encontramos baños con influencias retro, étnicas, minimalistas, conceptuales…

El baño se ha convertido en un lugar de relajación, siempre que se puede absolutamente íntimo-privado (es de los pocos espacios de un interior doméstico con algún tipo de cerramiento). Un laboratorio donde recrearse-restaurarse modificar la imagen personal. Donde encontrarse consigo mismo.

Fausto Sánchez-Cascado. «historiólogo creativo»

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *