Guastavino. El arquitecto valenciano de Nueva York

Cuando muere en 1908 Rafael Guastavino Moreno el New York Times lo llama “(…) el arquitecto de Nueva York (…)”. Rafael Guastavino, y posteriormente su hijo Rafael Guastavino Expósito, fue unos de los más importantes creadores de la imagen de la América contemporánea. Un arquitecto y constructor valenciano que transformó la forma de construir en Estados Unidos gracias a sus innovaciones constructivas. Un personaje al que debemos la estética de los grandes edificios públicos de Nueva York, Boston, Filadelfía o Washington. En los años setenta, después de una época de olvido, su obra se reivindicó en Estados Unidos. En España y más concretamente en su Valencia natal, no es aún suficientemente conocido. Ojalá puedan servir estas líneas para valorar su obra.

Rafael Guastavino nace en Valencia en 1842. Su familia estaba vinculada al arte. Su abuelo, por parte de padre, era constructor de pianos y su tatarabuelo, por parte de  madre, fue el constructor de la Iglesia Arciprestal de San Jaime de Villarreal (Castellón), en la que utiliza la técnica de la bóveda tabicada más tarde utilizada por él. Su padre era ebanista. En principio estudia violín, pero a los quince años se decanta por la arquitectura y empieza a trabajar como aprendiz en varios despachos de arquitectura. En 1859 se traslada a Barcelona para estudiar en la Escuela de Maestros de Obra. Allí va a vivir en casa de su tío, Ramón Guastavino Buch, un empresario textil. Al dejar embarazada a la hija adoptiva de su tío, Pilar, se ve obligado a casarse con ella. Sin sus estudios acabados Guastavino ya empieza a trabajar. Sus obras más significativas en esta época fueron la Fábrica Batlló en Barcelona (1870) y sobre todo el Teatro La Massa en Vilassar de Dalt (1881).

Mujeriego e infiel, su esposa en 1881 le deja. Con cuarenta años está desacreditado socialmente, sin dinero y solo con la compañía de su hijo pequeño, Rafael, y de su amante. Decide ir a Nueva York, para ello reune dinero mediante una estafa con pagarés para pagar los pasajes. No sabe hablar inglés, no conoce a nadie en la ciudad… pero Guastavino es lo que ahora diriamos un emprendedor.

Los primeros tiempos en la ciudad son difíciles. Su amante le abandona. No consigue proyectos. Pero todo cambia a partir de su primer encargo importante la Biblioteca Pública de Boston (1889). A partir de ese momento, empieza a trabajar como constructor, cooperando con los principales arquitectos de Estados Unidos y forma su empresa Guastavino Fireproof Construction Company (1889-1962).

El método Guastavino para la construcción se impone en los edificios públicos, gracias sobre todo a la bóveda tabicada. Era un tipo de bóveda de uso tradicional en Cataluña y Valencia. Construida sin cimbras, con ladrillos planos delgados, ligera, pero robusta, rápida de construir, económica y resistente a los incendios. Guastavino la perfeccionó mediante tirantes de acero y el uso de cemento Portland. El aspecto que más se valoraba era su resistencia al fuego, Estados Unidos había sufrido catastróficos incendios (Chicago, 1871, Boston,1872) y las bóvedas tabicadas eran una excelente solución para evitarlos. Aportaba a los edificios, por otro lado, calidad, belleza y una imagen lujosa relacionada con estilo parísino Beaux Art, con el historicismo-eclecticismo.

Más de mil edificios en Estados Unidos, de los que sobreviven seiscientos, parten de las innovaciones de Guastavino. Edificios en Nueva York como la Gran Central Terminal, el vestíbulo de entrada de la Ellis Island, el Carnegie Hall, la estación de metro City Hall o la Catedral de Saint John the Divine.

Rafael Guastavino todo un personaje. Amigo de Blasco Ibáñez y Sorolla, mujeriego, arquitecto, constructor, emprendedor… Un representante del concepto del sueño americano.

Texto: Fausto Sánchez-Cascado, “historiólogo creativo”.

4 respuestas a «Guastavino. El arquitecto valenciano de Nueva York»

  1. Hoy en el programa «Sin Complejos» han hablado del arquitecto de origen Valenciano: Rafael Guastavino. Gracias TioVivo por este artículo tan completo y redactado con tanto cariño.

    1. Muchas gracias Andrés por leernos y por el comentario! Lo ha escrito Fausto Sánchez-Cascado Blanco que es un gran apasionado del diseño y la arquitectura! Un placer sumar a que su figura cobre más peso y ojalá tenga el reconocimiento que se merece. Un saludo!

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