Nueva cocina y nuevas cocinas. Se ha dado a la vez una potenciación de la gastronomía (con Adrià y los programas televisivos omnipresentes en todas las cadenas) y de las cocinas. En algunos casos el diseño de la casa se realiza en torno a ella, se entiende como el espacio principal de la vivienda. Es uno de los espacios que más se reforman de las viviendas. Pero no es solo una pura cuestión de revalorización de la alimentación, ya saben “somos los que comemos”, o de moda; sino de un cambio de concepto del espacio. La cocina, cada vez más, es un lugar de socialización de la familia o amigos, no solo se almuerza, come o cena en ella, es también un espacio de trabajo y ocio en muchas ocasiones. ¿Entenderíamos una comedia familiar televisiva, como “Los Serrano”, sin un almuerzo familiar en la cocina?
Este nuevo concepto de cocina es relativamente reciente. Hasta el siglo XIX era un ámbito exclusivamente de preparación de alimentos. Tenemos que llegar al siglo XX para encontrar cocinas racionales, higiénicas y funcionales. A ello ayudan los nuevos conceptos del Movimiento Moderno. En la posguerra (1945-1959) y en Estados Unidos, asistimos a una revalorización de la cocina como ámbito femenino. En los sesenta y setenta se pensaba que eran un espacio a eliminar por el progresivo aumento de la comida precocinada y a domicilio. Es la época de las “cocinas americanas”.
A partir sobre todo de la década de los noventa, vamos a encontrar una tipología inmensa de posibilidades. Cocinas minimalistas, quizá las dominantes; con “islas” de mármol, hormigón o madera; móviles; negras, con una estética industrial y de acero inoxidable; retro; rústicas…
Cocinas que se están convirtiendo poco a poco en los nuevos cuartos de estar…
Fausto Sánchez-Cascado. «historiólogo creativo
