Gimnasios

Gimnasios, esos lugares a los que vamos a sudar, a cansarnos, a darnos cuenta de que nuestro cuerpo ya no es lo que era. Pero también un lugar de ocio donde escapar a la rutina, donde “desconectar” y seguramente salir de ellos mejor, gracias a las endorfinas que hemos segregado.

Los persas ya en el 3000 a.C practicaban actividades gimnásticas en edificios llamados zurkhanen. Pero la propia etimología de la palabra nos marca el real origen de la actividad gimnástica. Procede del griego gymnos que significa desnudez y del verbo gymazein que se puede traducir por hacer ejercicio físico.

En la antigua Grecia toda “polis” con una cierta importancia tenía uno o varios gimnasios (gymnasion) Eran instituciones dedicadas a la instrucción física sobre todo de niños y jóvenes; pero eran también el lugar donde se les instruía en el resto de campos del conocimiento, partiendo del concepto de que había que relacionar lo físico con lo espiritual. En ellos se practicaban ejercicios como las carreras, el salto de longitud, la lucha…y los filósofos impartían sus conocimientos.

La estructura y distribución de los gimnasios griegos era parecida a los actuales, aunque de mayores dimensiones. Con pórticos, exedras y pistas de entrenamiento. También disponían de estancias como vestuarios, sala de masajes, baños de agua caliente… equiparables a los de los actuales gimnasios. En Roma los gimnasios eran las palestras, relacionadas con los baños-termas, aunque sin la importancia de las griegas.

Hasta el siglo XIX prácticamente desaparecen los gimnasios. Es en este siglo cuando reaparecen. En Alemania surgieron los Turners, Grupos gimnásticos, un movimiento que reivindicaba el ejercicio físico. En 1852 en Hesse se construye el primer gimnasio cubierto. En Gran Bretaña y sobre todo Estados Unidos, influidos por la emigración alemana al país, grupos como el YMCA, Young Men’s Association, en la mayoría de sus centros (más de 200) instalan gimnasios.

Durante el siglo XX se generalizan los gimnasios en centros educativos y en espacios deportivos. Se relacionan casi exclusivamente con actividades deportivas como el boxeo, fútbol, atletismo…Gimnasios puramente funcionales, relacionados en muchos casos con espacios grises, cerrados y oscuros. La situación cambió a partir de la década de los ochenta. En esta década la buena forma física se convierte en una moda. El cuerpo se entiende “como un templo” a cuidar. Los gimnasios se convierten en un espacio lúdico y de ocio. Cambia su estética y su actividad. Se incluyen en ellos nuevas máquinas gimnásticas y nuevas actividades.

Las últimas tendencias en el mundo de los gimnasios están marcadas por el cambio que ha supuesto la llegada de los gimnasios de bajo precio, low cost, y el nuevo concepto de centros boutique, para usuarios de clase media alta, con elementos de última tecnología y opuestos a los low cost.

En los nuevos gimnasios se buscan espacios más confortables, no intimidantes y que transmitan experiencias. Se rompe con los estilos funcionales o minimalistas que dominaban anteriormente. En algunos casos, se juega con la estética mediante la búsqueda de edificios con vistas privilegiadas, construcciones antiguas reformadas o localizaciones cercanas a la naturaleza. El tema de la distribución y circulación se cuida especialmente, buscando la comodidad y una correcta distribución de espacios. En el aspecto de la iluminación se tiende a una luz más cálida y a luminarias con pantalla. Se introducen nuevos equipamientos como cabinas de estética y zonas de spa. En los vestuarios se busca el máximo confort con áreas bien definidas grandes tocadores-encimeras, espejos con luz perimetral y secadores de manos integrados a las encimeras.

Gimnasios, espacios a los que la arquitectura interior puede dar nuevos significados, quizá volver a ese concepto de la Grecia clásica de una mente sana en un cuerpo sano.

Texto: Fausto Sánchez-Cascado «Historólogo creativo»

FUENTES

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2 respuestas a «Gimnasios»

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