Alquerías, arquitectura rural valenciana

Las alquerías son un tipo de construcción rural valenciana como las barracas o masías. Pero mientras las barracas se han convertido en el símbolo de la arquitectura autóctona valenciana (de las que hablamos hace unas semanas y podéis recordar aquí), las alquerías son mucho menos conocidas y valoradas. Ojalá sirva este texto para modestamente revalorizarlas.

Una alquería es una casa de labor que dispone de finca agrícola. En muchos casos está integrada por un conjunto de edificaciones. Era en el pasado una unidad y centro de producción agrícola y ganadera. Sobre todo, las encontramos en la Comunitat Valenciana, especialmente en la comarca de l’Horta. También se encuentran fuera de la Comunitat, en la Andalucía Oriental, especialmente en la provincia de Granada.

Mientras la barraca era un tipo de construcción de agricultura minifundista y la masía se situaba en zonas cerealísticas y ganaderas, la alquería era una construcción de zona de regadíos.

Su origen es árabe, son las qaryah árabes (alquaryya en árabe hispano), que tomaron como modelo las villas rústicas de Roma. Tuvieron una importante difusión en la Taifa de Valencia a partir del siglo XI. Eran un centro de producción agrícola y ganadera familiar o de un clan. La conquista cristiana, supuso su readaptación, pero no eliminación. Se le añadieron elementos como la planta basilical, pero básicamente mantuvieron su estructura árabe. En la Edad Moderna la alquería derivó a una especie de pequeño palacio aristocrático rural con huerto y jardín, con influencias clásicas renacentistas.

En el siglo XIX y XX se inicia su decadencia. En la agricultura de l’Horta triunfa el minifundismo y con él las barracas. Las alquerías cada vez más se convierten en residencias rurales aisladas, para la burguesía terrateniente. En algunos casos se adaptan y se convierten en talleres.

Su estructura arquitectónica parte de una planta rectangular (una planta baja y un piso mayoritariamente), una o dos filas de ventanas y una cubierta normalmente a dos aguas y en algún caso torre o terraza. Sus interiores suelen ser diáfanos. En la planta baja se sitúa el estudio-cámara matrimonial y en el fondo un hogar, una gran chimenea de campana. En el primer piso se sitúan habitaciones o dormitorios. En el caso de existir una andana, una especie de segundo piso, allí se guardaba la cosecha.

Una parte importante de alquerías han desaparecido o están en un estado ruinoso. Su estado de abandono se debe a la despoblación rural y a su valor económico más como solar que como edificio. En algún caso se han restaurado como segunda residencia, restaurantes, centros de turismo rural, o centros culturales-museos.

Hay una posible alternativa a las antiguas alquerías que consistiría en su reutilización como lo que eran en su origen, centros de producción agraria. Reinventar su primer concepto con nuevos conceptos como la utilización de energía solar o eólica, elementos reciclados y agricultura ecológica.

 Texto: Fausto Sánchez-Cascado, “historiólogo creativo”.

REFERENCIAS

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