Brutalismo, ¿funcionalidad extrema o diseño sin vida?

Cuando hablamos de Brutalismo en arquitectura, interiorismo o mobiliario, no nos referimos a un diseño brutal, poco elaborado. El brutalismo parte de la expresión de los materiales en bruto. Su denominación procede del que se considera su creador, Le Corbusier. Su origen está en dos palabras francesas beton (hormigón) y cru (crudo), hormigón crudo. Este fue su material preferido para la construcción, sobre todo a partir del final de la Segunda Guerra Mundial. En 1953 el arquitecto británico Reyner Banham lo convierte en término utilizado como estilo arquitectónico, brutalism.

El Brutalismo se desarrolló sobre todo entre las décadas de los cincuenta a setenta del siglo pasado. Derivaba del Movimiento Moderno, del racionalismo-funcionalismo. Fue una alternativa radical a la necesidad de edificios y viviendas acabada la guerra mundial. La necesidad de la reconstrucción de Europa, con edificios de fácil realización y bajo coste. Llevará a edificios cúbicos, con una geometría repetitiva y líneas rectas. Con la utilización básicamente del hormigón y dejando de lado, casi en absoluto, la ornamentación-decoración. Arquitectos como Le Corbusier, Eero Saarinen y Alison y Peter Smithson fueron sus líderes.

La estética brutalista empezó a ser criticada ya en los años sesenta, se empezó a ver como sinónimo de plazas desoladas, “plazas duras” y edificios fríos, neutros, sin alma. En la década de los ochenta del siglo veinte se consideraba como una tendencia casi muerta. Pero ha revivido en estos inicios de nuevo siglo.

La crisis económica y la llegada de las redes sociales han reivindicado de nuevo el estilo. Se valora su austeridad, sencillez y su estética dura y funcional. En Facebook, The Brutalism Appreciation Society reune a casi 50.000 miembros activos. Ha influido en tendencias contemporáneas como la deconstrucción y el estilo Industrial. A pesar de ello, aún recibe críticas como la de la web española Satán es mi señor.

En el campo del interiorismo, el Brutalismo, o quizás tendríamos que decir el Neo Brutalismo, va a partir de espacios amplios, espaciosos y diáfanos. Serán la reproducción interior de los espacios exteriores con líneas predominantemente rectas. Los elementos constructivos estarán a la vista. Dominará como material el hormigón, aunque no como material único, también encontraremos acero, cristal, madera…, aunque normalmente en bruto. Las tonalidades más utilizadas serán las grises y marrones. Accesorios, complementos, elementos decorativos en general, se reducirán al máximo.

El mobiliario brutalista partirá de líneas rectas y limpias. Los aspectos ornamentales no se tendrán en cuenta. Será un mobiliario estrictamente racional. En algún caso, podemos encontrar piezas de hormigón.

Brutalismo ejemplo para algunos de funcionalidad extrema y para otros de arquitectura sin vida. Brutalismo al que se ama o se odia.

Texto: Fausto Sánchez-Cascado, “historiólogo creativo”.

Referencias

_ BELDAD MORALES, Alexis. “El brutalismo”

_ CHADWICK, Peter. Un mundo brutal. Phaidon, 2016

_ LÓPEZ, Palacios. “El brutalismo se instala en instagram”. Icon Design, 2017-06-02

_ RUBIO, Jaime. “Satán es mi arquitecto: introducción al Brutalismo”.Verne, 2014-10-09. 

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