Mientras tendencias como el neobarroco, el maximalismo o el hi-tech, son relativamente poco conocidas por el público; el feng shui es una tendencia conocida y de alguna forma de moda. Es común en las estanterías dedicadas al interiorismo de una librería, encontrar numerosos libros dedicados a esta tendencia. No es en absoluto extraño, por otro lado, que un cliente pida un salón que “… tenga una aire feng shui…” Fue entre los años noventa e inicios de nuestro actual siglo, cuando este sistema filosófico chino empezó a propagarse mayoritariamente por occidente, traídos por las corrientes de nueva espiritualidad de finales de siglo XX. Su popularización lleva en ocasiones, a una confusión, a una mezcla, entendiéndose como feng shui un interior que en realidad se acerca más al minimalismo con toques zen. ¿Pero qué es realmente el feng shui?
El feng shui, traducido literalmente significa viento y agua, es un sistema filosófico chino de origen taoísta, que busca una ocupación consciente y correcta del espacio. Una forma de conocimiento que estudia los cambios que ocurren en la naturaleza, el clima y los astros. Se basa en la existencia de un aliento vital o chi, cuyo flujo se ve modificado por la forma y disposición del espacio, las orientaciones (puntos cardinales) y los cambios temporales. Las orientaciones, los puntos cardinales citados, producirán, por otro lado, unas energías determinadas. La idea del yin y yang es fundamental; son los términos opuestos pero complementarios y se necesitan mutuamente para existir. Los cambios constantes de interacción de yin y yang da lugar a la infinita variedad de patrones.
Llevado al campo del interiorismo, un espacio que siga las bases del feng shui no tiene porque partir de un aire oriental. El concepto principal será el vacío y el orden, eliminar todos los objetos innecesarios. En cuanto al color se tenderá a tonos claros y gamas de colores pasteles. En las formas se evitarán las formas agresivas, formas que puedan ser peligrosas por ejemplo para los usuarios del interior. El interior deberá reflejar los deseos, la personalidad, los gustos de sus usuarios… Porque más allá de complicadas soluciones basadas en el yin y el yang y en la situación de una puerta o ventana en un dormitorio, el feng shui no deja de ser unas enseñanzas milenarias basadas en la razón y el sentido común.
Fausto Sánchez-Cascado. «historiólogo creativo»