Puertas que sirven de frontera entre lo exterior y el interior, entre lo privado y lo público. Puertas simbólicas, metafóricas. Nuestro refranero está lleno de ellas y decimos por ejemplo: Casa con dos puertas mala es de guardar o Cuando Dios cierra una puerta, abre una ventana. Un elemento de la arquitectura básico que señala la propiedad y la privacidad. Cuando el hombre se hizo sedentario en el Neolítico, la puerta marcó la propiedad privada de la vivienda, mediante su puerta exterior. Las puertas de las habitaciones en los interiores, en ocasiones con sus cerraduras, marcan la privacidad, la intimidad.
Puertas con su dintel (pieza horizontal superior), jambas(piezas laterales), marcos, pestillos (pasador o cerrojo), llaves, bisagras y pomos. Que pueden ser abatibles, basculantes, corredizas, giratorias, automáticas…De madera, aluminio, vidrio o plástico.
Puertas en gran parte de la historia de la arquitectura e interiorismo. En Egipto y Grecia trapezoidales con el lado mayor en la parte inferior. En Roma plafonadas, con un bastidor y un plafón, importantes sobre todo en las villas e inspiradoras de las puertas renacentistas. Portones, puertas de entrada, tachonados con clavos de cabeza ancha, en la alta Edad Media. Puertas árabes con formas decorativas vegetales y geométricas. En China y Japón más delicadas y simples, con dos cuerpos y en muchos casos lacadas en el caso de China y correderas-deslizantes en Japón. Puertas de la Edad Moderna plafonadas, como las romanas, pero marcadas por los diferentes estilos arquitectónicos y de los interiores de la Edad Moderna, entre otros los estilos renacentista, barroco y neoclásico). En el siglo XIX puertas historicistas inspiradas en estilos del pasado.
Puertas en el siglo XX, absolutamente decorativas y ornamentadas como las del estilo Nouveau francés, belga y español; funcionales y austeras como las del Movimiento Moderno y el estilo Internacional o casi inexistentes y acristaladas en los espacios diáfanos de los lofts y del minimalismo.
… y como no queremos poner puertas al campo, dejamos a su imaginación, querido lector, la posibilidad de que piense en mil puertas más…
Fausto Sánchez-Cascado. «historiólogo creativo»