Alfombras

La alfombra es quizá para la mayoría de nosotros un complemento decorativo utilizado para cubrir el suelo de una habitación. Un complemento ligeramente pasado de moda. Lo relacionamos en muchas ocasiones con salones de estilo clásico. No tenemos en cuenta que es un elemento más presente en nuestros interiores de lo que creemos, por ejemplo un felpudo o las alfombrillas de baño, no dejan de ser tipos de alfombras.

Su utilización, por otro lado, puede ser mucho más amplia de lo que creemos. Puede ser utilizada para separar ambientes, un salón de un comedor por ejemplo. En un pasillo o una escalera actúa como aislante acústico. Es también un eficaz aislante térmico. Protege del desgaste al suelo.

En general podemos distinguirlas por los materiales en que están realizadas, vegetales o sintéticos. Entre los vegetales, el algodón, lana, bambú, coco, yute, algas y sisal. Muestras de este tipo de alfombras son las alfombras persas, unas de las más conocidas, los quilts (realizados por los nativos americanos) o los kilims turcos. La utilización de material sintético es relativamente reciente. Así encontramos en la actualidad alfombras de nailon, poliéster, acrílicas, de polipropileno…

La alfombra ha acompañado siempre al hombre. Hace 30.000 años ya existían alfombras-esterillas; su objetivo era resguardarse de la humedad del suelo, las podemos entender como el antecedente de la cama. La alfombra más antigua que se conserva, con características parecidas a las actuales, es del siglo V antes de Cristo. Procede de la zona de Persia, el actual Irán. El Oriente Próximo fue su lugar de origen y difusión en la edad antigua y media. En la cultura clásica greco-romana se valoraban, pero apenas se utilizaban. Los árabes les daban y dan una importancia fundamental. La alfombra persa se distribuyó en la Edad Media a toda la Europa cristiana desde los reinos cristianos españoles, por su relación con Al Ándalus. A partir del siglo XV, en la Edad Moderna, se empiezan a fabricar alfombras en toda Europa. Las monarquías protegían su producción. En el siglo XIX, la mecanización y perfeccionamiento del telar por Jacquard, llevó a su bajada de precios y popularización. Los salones de las casas burguesas decimonónicas se entendían mal sin su gran alfombra. Ya en el siglo XX en la escuela de la Bauhaus, en su departamento textil, se realizaron vanguardistas alfombras.

Diseñadoras como Nani Marquina plantean en la actualidad nuevos conceptos de alfombras, con nuevas estéticas y funcionalidades. Encontramos alfombras que siguen todo tipo de tendencias minimalistas, de estética urbana, étnicas…

Alfombra funcional, alfombra mágica que nos hacen volar, alfombra que como un caballero galante siempre están “ a nuestros pies”.

Fausto Sánchez-Cascado. «historiólogo creativo»

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