El papel pintado fue un elemento muy utilizado en la decoración de interiores hasta los años setenta del pasado siglo. En la actualidad su utilización no es muy generalizada, aunque las últimas tendencias del interiorismo lo vuelven a reivindicar.
Parece ser que su origen está en Oriente y concretamente en China. Allí desde el siglo II a.C se utilizaba un papel, mezcla de diferentes fibras vegetales, para decorar y reforzar las paredes. En estos originarios papeles pintados se representaban escenas de la naturaleza y de la vida cotidiana. En las culturas clásicas apenas se utilizó, como tampoco en la Edad Media en los reinos cristianos. En la época medieval dominó como elemento decorativo y protector de muros y paredes el tapiz.
Fue en la Edad Moderna cuando llegó el papel pintado a Occidente. El mayor comercio entre China y Japón y Europa a partir del siglo XVI hizo que llegará a los países europeos. Fue un sustitutivo de los tapices, caros y de difícil mantenimiento. En un primer momento se representaba en ellos las mismas escenas que en los tapices, con el tiempo se paso a la utilización de patrones repetitivos (elementos vegetales, escenas mitológicas…).
El siglo XVIII fue el primer gran momento de lo que en aquella época se llamaba papel mural. Empezó a generalizarse a toda Europa. En Inglaterra se construyó la primera fábrica dedicada a su producción. Se pasó del papel pintado a mano al impreso, con máquinas de tintado en color y de producción continua. Entre 1712 a 1836 incluso se fijó un impuesto para su venta en Inglaterra.
La industrialización en el siglo XIX llevó a su producción masiva y seriada. Máquinas como la de los hermanos Fourdrinier y la de Lancashire, que partían de las mismas bases que las rotativas de los periódicos, hicieron que el producto se abaratara y se convirtiera en la base de la decoración de paredes y muros decimonónicos.
En el siglo XX el papel pintado se convierte en uno de los artículos para el hogar más utilizados en Occidente. A principios de siglo se utilizan como motivos decorativos formas sencillas y florales, a partir de los años treinta, seguramente influidas por las Vanguardias Artísticas y el Movimiento Moderno, formas geométricas y abstractas. La década de los setenta es su gran década con influencias del Pop y el Op art. A partir de este momento se inicia una cierta decadencia en su utilización.
En la actualidad encontramos múltiples tipos de papel de instalación relativamente fácil, resistentes a la humedad, con diferentes texturas y aptos para todo tipo de espacios. Entre otros podemos citar los gofrados, vinílicos, vinilizados, texturados, de base textil y autoadhesivos.
Quizás el empapelado no sea una de las últimas tendencias del interiorismo, pero no puedo dejar de recordar con nostalgia esos días de los años setenta en que toda la familia se ponía a empapelar la casa…
Fausto Sánchez-Cascado. «historiólogo creativo»