¡SOS! Mi restaurante es muy incómodo

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El diseño de interiores puede hacer la vida más fácil a los negocios de hostelería… y también infinitamente más difícil. Aquí un listado de problemas habituales con sus correspondientes soluciones que detectamos desde Tiovivo

Una comida en familia sin poder escapar de la mesa porque tu silla está atrapada entre las demás. Una cita donde las palabras de la pareja se confunden con el ruido del local. Una cena entre amigos donde los sillones de terciopelo no disimulan la fritanga del plato. El infierno sobre la tierra, o lo que es igual, un restaurante mal diseñado. ¡Cuántas fatigas podrían evitarse si el comensal estuviera cómodo!

El objetivo siempre es, o debería ser, el mismo: mejorar la experiencia del cliente. Por eso, puestos a acometer una reforma o a abordar un proyecto desde el inicio, podemos elaborar una lista de problemas frecuentes a la que trataremos de dar soluciones útiles

1.Falta de coherencia. Mal asunto si el restaurante está ambientado en los años 50 pero sirve guisos de ternera. La concordancia entre la oferta culinaria y el espacio físico es uno de los pilares fundamentales en el diseño de cualquier restaurante.

LA SOLUCIÓN: Estrategia. Conocer al cliente y entender el negocio, muy por encima de seguir

Proyecto de interiorismo para el restaurante ZEN, en Valencia, de TIOVIVO CREATIVO. El diseño de la Sala Vip tiene inspiración oriental y busca la elegancia con sencillez

2. Cuando se olvida al cliente. Tal vez siempre hayas soñado con una larga barra que se desliza entre sofisticados taburetes, pero si en el restaurante suelen dar de comer un menú extenso, al comensal le acabará doliendo la espalda. Y no habrá propina.

LA SOLUCIÓN: Pensar en la comodidad del cliente por encima de los deseos propios. Hacerle sentir en casa para que no quiera marcharse y piense en volver.

3. Dificultad para moverse. Ciertamente hay espacios pequeños donde resulta difícil encajar las mesas, pero un buen diseño jamás permitirá que encierres al comensal, que impidas el paso de los camareros o que ir al baño se convierta en una yincana.

LA SOLUCIÓN: Amplitud, y no necesariamente porque la sala sea grande. Merece la pena renunciar a una mesa más en favor de un aforo completo.

4. Mala ubicación de las mesas. Puestos a hablar de la distribución del espacio, no solo nos enfrentamos al problema del exceso de plazas, sino a su situación en la sala. ¿De verdad queremos dar de comer junto a la columna y con vistas al baño?

LA SOLUCIÓN: Menos pensar en la rentabilidad a corto plazo y más en la calidad de la experiencia. Juguemos a encajar las piezas, pero con criterio y honestidad.

5. Y el baño, ¿qué? Ciertos establecimientos hacen una inversión tan mastodóntica en la sala que no se entiende encontrar un cuchitril a modo de baño. De repente pasas de las lámparas de araña a un grifo calcificado y, oye, como que no cuadra.

LA SOLUCIÓN: La inversión debe ser homogénea en todas las zonas que el cliente vaya a visitar. No es necesario un baño de revista, pero sí acorde al resto del local.

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6. El reto de la acústica. Cuando salimos a cenar, no queremos escuchar al camarero, ni tampoco a los de la mesa de al lado, sino a nuestros acompañantes. Por desgracia, sigue suponiendo un reto para la mayoría de los establecimientos.

LA SOLUCIÓN: Dedicaremos un post completo a este aspecto, tan importante, y a la vez olvidado. La distribución de la sala y el uso de materiales
adecuados son la clave.

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Reforma del restaurante ZACARÍAS, en València, a argo de TIOVIVO CREATIVO. Al no poder efectuar obras, se optó por utilizar un panel acústico fonoabsorbente de acabado textil para mejorar la reverberación.

7.Exceso de iluminación. Nadie quiere comer pescado sobre la mesa de un quirófano. A excepción de las cadenas de comida rápida, en los buenos restaurantes se premia la intimidad y defrauda encontrarse ambientes hospitalarios de luz blanca.

LA SOLUCIÓN: Hay que prestar atención a las luces de la sala. Mejor pecar por defecto que por exceso. Una iluminación suave invita a relajarse y alargar la velada.

8. Los detalles, esos grandes olvidados. Que si una vela, que si una música relajante, que si calor. ¿Verdad que cualquiera procuraría estos aspectos para una cita en casa? Pues entonces no se explica que los negocios de hostelería no hagan lo propio.

LA SOLUCIÓN: Cuida a tu comensal. Pon una playlist decente, un delicado centro de mesa, una vajilla personalizada. Viste la noche y acompaña la experiencia.

En definitiva, el buen interiorismo de los restaurantes pasa por el mimo. Es importante tener una estrategia definida y trabajar con expertos en el campo de la restauración. Aquí Tiovivo puede ayudarte, y mucho. Eres el anfitrión, procura que tu casa esté bonita para los invitados, hazlos sentir bien y cómodos. De ser así, acabarán volviendo pronto.

Texto: Almudena Ortuño, tioviver y periodista especializada en gastronomía y canal horeca

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