Futurismo italiano. Arquitectura e interiores

El Futurismo es una tendencia actual de la arquitectura e interiorismo que pretende mediante la utilización de nuevos materiales, nuevos elementos tecnológicos y una estética rompedora, plantear unos edificios e interiores originales y vanguardistas. Relacionada con esta tendencia está el Retrofuturismo, la visión que en el pasado se tenía del futuro.

El actual Futurismo tiene su origen y antecedente en una Vanguardia Artística de inicios del siglo XX, el Futurismo italiano. Las Vanguardias artísticas, también llamadas Vanguardias formales o ismos, fueron una serie de movimientos artísticos y de diseño (entre ellos el Cubismo, Surrealismo, Dadaísmo …) que transformaron el concepto del arte y rompieron con las tendencias academicistas y clasicistas del siglo XIX. Trajeron la modernidad al arte, arquitectura y diseño.

El Futurismo Italiano fue una tendencia innovadora, vanguardista, rompedora, que surgió en la primera década del siglo XX. Rechazaba el mundo clásico. Reivindicaba la modernidad, el mundo nuevo de la industria y la máquinas. Se desarrolló en los campos del arte, literatura, moda, diseño gráfico, arquitectura y urbanismo. Su líder fue Filippo Tomasso Marinetti (1876-1944), un poeta italiano, que en 1909 publicó el manifiesto del movimiento, el Manifiesto Futurista. Pertenecieron a él artistas y diseñadores como Umberto Boccioni, Gino Severini, Carlo Carra y Giacomo Balla. A partir de los años veinte perdió fuerza y parte de sus miembros se integraron en el movimiento fascista italiano

Podemos marcar como inicio de la arquitectura futurista el año 1914. En esta fecha  Sant’Elia publica el Manifiesto de la Arquitectura Futurista. Antonio Sant’Elia (1888-1916) era un arquitecto y urbanista italiano. Fue profesor de Diseño Arquitectónico y formó el grupo Nuove Tendenze. Su interés por las vanguardias y su relación con miembros del futurismo le llevaron a realizar el manifiesto. En él se expresaban sus nuevas ideas sobre la arquitectura y las ciudades del futuro. Una arquitectura y unas ciudades que no debían tener nada que ver con las de los siglos pasados.

La arquitectura futurista se basaba en la funcionalidad, era dinámica, daba una importancia absoluta a la tecnología, utilizaba como materiales el hormigón armado, cristal y el hierro, dejaba de lado la ornamentación, utilizaba un violento colorido y no buscaba la monumentalidad. Una arquitectura inspirada en un mundo mecánico-industrial. Esta nueva arquitectura suponía también un nuevo urbanismo. Sant’Elia planteó un proyecto de nueva ciudad, Città Nuova. Una ciudad que funcionaba como una máquina dinámica. Con calles bajo tierra a diversos niveles; con edificios comunicados por pasarelas, cintas mecánicas y ascensores; en que se eliminaba la noche mediante gigantescos focos o soles artificiales volantes…

El mobiliario futurista utilizó colores intensos y brillantes. Dejó de lado la ornamentación. Muestra de ellos son los muebles realizados por Giacomo Balla.

El futurismo italiano, aparte de ser la base de la actual tendencia futurista, influyó en el Movimiento Moderno, sobre todo en el estilo De Stijl holandés y el Racionalismo italiano. El Brutalismo, por otra parte, ha adoptado elementos de su estética.

Futurismo italiano utópico en su momento, real en muchas ocasiones en la actualidad.

Texto: Fausto Sánchez-Cascado, “historiólogo creativo”.

FUENTES

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