La ducha es un elemento esencial de nuestros actuales cuartos de baño. No siempre ha sido así. Durante mucho tiempo la labor higiénica de la ducha fue realizada por la bañera (como tratamos en un post, anterior) La ducha supuso un elemento para la limpieza corporal más barato, rápido y que ocupaba menos espacio.
En las antiguas culturas mesopotámicas y egipcias encontramos las primeras muestras de algo parecido a una ducha. Concretamente en Egipto y datado en el 1350 A.C, se ha encontrado un cuenco agujereado en el que se cree que los sirvientes vaciaban agua sobre la cabeza de su señor. En la antigua Grecia en los baños públicos (balaneiones) se sabe que se utilizaban duchas comunales. Los romanos en sus termas también imitaron estas duchas. Durante la Edad Media y gran parte de la Edad Moderna la poca valoración que se hizo sobre los elementos de higiene corporal hizo que prácticamente desaparecieran.
En el siglo XVIII, sobre todo entre las clases acomodadas, se potenció la higiene personal. El baño entre las clases altas se convirtió en una práctica habitual por limpieza o razones médicas (hidroterapia). En 1767 William Feetham diseñó el primer modelo de ducha mecánica. El agua caía tirando de una cadena como un chorro continuo, una bomba manual recogía el agua de la base y la bombeaba a una cisterna superior.
A lo largo del siglo XIX la ducha se fue generalizando. A inicios de siglo se utilizó como remedio a enfermedades mentales. Se pensaba que duchas frías en la cabeza podían enfriar los “cerebros ardientes” de los enfermos mentales. En 1810 aproximadamente apareció la ducha Regencia que alcanzó gran popularidad. A partir de mediados de siglo se empezaron a conectar las duchas con el agua corriente. En 1872 Merry Delabost, médico de la prisión Bonne-Nouvelle de Ruan Francia, instaló en la prisión duchas colectivas, con chorro individual, para mejorar la higiene de los presos. Poco después el ejercito prusiano implantó la obligación de la ducha para sus soldados.
A inicios del siglo XX las duchas empezaron a aparecer como un elemento normal en las viviendas. En la década de los veinte en los hogares norteamericanos ya era un elemento generalizado en los baños. A medida que va sucediéndose el siglo la ducha se separa de la bañera, en la que había estado integrada, aparecen las “duchas teléfono” y las mamparas. La ducha se convierte en este siglo en un elemento funcional, ganando la partida a la bañera, al ocupar menos espacio. Ante la bañera más hedonista y placentera, la ducha es la racionalidad de la higiene.
Las últimas tendencias en duchas buscan convertir el acto de ducharse en una experiencia. Que la ducha se parezca a estar bajo el agua en la naturaleza. Para ello se diseñan nuevos cabezales articulados, fijos, plegables, que eliminan el mango, aproximando el chorro a la mano. Se diseñan también duchas horizontales (Sieger Design.) que combinan el concepto de ducha y baño y con pre-programación de temperaturas y cantidad de agua.
Duchas algo más que higiene corporal….
Texto: Fausto Sánchez-Cascado «Historiólogo creativo»
FUENTES
_ LORENZO, Josemi; “1767. La ducha revoluciona la higiene personal”, Historia National Geographic, nº 165.
_ https://es.wikipedia.org/wiki/Ducha
_ www.tectonicablog.com /?p=58678
_ RODRÍGUEZ, Marta. “Duchas creativas. De la ducha cascada a la horizontal”.
Magazine.La Vanguardia.03-02-209
_ https://www.tiovivocreativo.com/blog/interiorismo/baneras/
_ https://www.infobae.com/america/historia-america/2018/12/13/la-historia-oscura-de- la-ducha/
_ https://casasincreibles.com/13-duchas-creativas-originales/
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