El plástico forma parte de nuestra cultura material. Está presente en la mayor parte de objetos que nos rodean y de forma importante en el diseño de interiores y de mobiliario. De unos años a esta parte, su utilización se ha puesto en cuestión, por factores como, entre otros, su lenta degradación y difícil reciclaje. Conocer como ha sido la evolución de su utilización puede ayudarnos a entender mejor este material.
Como antecedente de su utilización podemos señalar el siglo XV. En este siglo algunos artículos de lujo se fabricaban con plásticos naturales como la goma laca, la casina o la queratina. Pero fue en el siglo XIX e inicios del XX cuando se realizaron los primeros plásticos semisintéticos como la parkesina o la celulosa en el siglo XIX, y sintéticos como la baquelita y la Formica en los inicios del XX. Estos plásticos sustituían a productos que usaban materiales de lujo caros y escasos, como el marfil o el ámbar, con lo que eran más asequibles a las clases medias.
En el periodo de entreguerras (1918-1939) su utilización se incrementó. Aparecieron nuevos plásticos como el plexiglás, el polietileno, el Perpex o el Nailon. Estilos como el Deco y el aerodinámico los utilizaban porque les permitían formas curvadas y estilizadas que otros materiales no permitían. Los nuevos electrodomésticos se realizan en baquelita. Interiores, como el del transatlántico Queen Mary, o mobiliario empiezan a realizarse con materiales plásticos.
Su consolidación definitiva llegó en la posguerra (1945-1959). Era el material que definía la modernidad, la democratización de los productos, la funcionalidad. La experimentación que se realizó sobre ellos con fines bélicos en la Segunda Guerra Mundial pasó a la producción de masas en la posguerra. Se descubrió el moldeado por inyección, lo que abarató costes en su producción, y el polipropileno. En Estados Unidos se le utiliza como elemento básico para la obsolescencia programada, “usar y tirar”; en Italia buscando nuevas estéticas. Charles y Ray Eames, el organicismo, el racionalismo escandinavo lo utilizaban en busca de nuevos conceptos de diseño.
En la década de los sesenta del pasado siglo su utilización se generaliza. El estilo Internacional será un “estilo plástico”, el estilo Pop y el movimiento Radical lo usarán como un elemento básico. Los diseños de Verner Panton, el sillón Ball, los interiores y mobiliario de Joe Colombo, no se podrían entender sin su uso.
La crisis del petróleo de 1973 acaba con esta especie de luna de miel con el material. Su precio sube y lo que es más importante, se le trata como uno de los factores principales de la contaminación ambiental. Es un material en general no biodegradable y de difícil reciclaje. La nueva conciencia ecológica hace que se implementen medidas legales que limitan su uso. Pero a pesar de ello, el plástico sigue reinando en el entorno cotidiano de finales de siglo XX e inicios del siglo XXI. Surgen nuevos plásticos (bioplásticos y biodegradables). Diseñadores de mobiliario e interioristas lo siguen utilizando como material básico. Diseñadores como Philippe Starck, Jasper Morrisom, Konstantin Gric…
Plástico alabado y rechazado. Plástico que en la actual situación de pandemia que sufrimos, forma parte esencial de dos de los elementos que más utilizamos, mascarillas y guantes.
Texto: Fausto Sánchez-Cascado «Historiólogo creativo»
FUENTES
_ FIELL, Charlotte & Peter. El diseño industrial de la A a la Z. Taschen, 2001
_ TAMBINI, Michael. El diseño del siglo XX. Ediciones B, Barcelona, 1997
_ VV.AA. Atlas Ilustrado del Diseño. Susaeta, Madrid
_ VV.AA. Inventos del Milenio. El País, 1999
_ VV.AA. Diseño. La guía visual definitiva. DK, 2016
_ WILHIDE, Elizabeth (Editora). Diseño. Toda la historia. Editorial Blume, Barcelona, 2017
_ https://www.arquitecturaydiseno.es/pasion-eco/plasticos-muy-limpios_1069/1
_ https://es.wikipedia.org/wiki/Plástico
