Diseñadores estrella

De un tiempo a esta parte ha surgido un nuevo tipo de diseñador, el diseñador estrella. Diseñadores que se consideran y a los que se considera, tan o más importante que sus proyectos. Diseñadores como Philippe Starck, Karim Rashid o Jaime Hayón, por citar solo a algunos. Antes de ellos ya hubo, en las décadas de los ochenta y noventa del pasado siglo, arquitectos estrellas. Arquitectos como Calatrava, Zaha Hadid o Frank Gehry, que realizaban edificios emblemáticos, símbolos-iconos para ciudades o países.

¿Pero qué es un diseñador estrella? Más que definirlo vamos a marcar una serie de aspectos que los caracterizan.

Los diseñadores estrella, normalmente, no se definen únicamente como diseñadores. Son creadores polifacéticos que realizan (además de interiores o mobiliario como en el caso que nos ocupa) carteles, productos, moda…, lo que suele llevar a su obra a una dispersión considerable. De alguna forma, se consideran casi artistas del Renacimiento. Su ideal se acerca mucho a la obra única artística y personal.

La información previa sobre clientes y usuarios (eso que en spanglish llaman briefing) les suele incomodar, porque parten de que poseen un estilo personal que los define. Para ellos el cliente y usuario es el que debe adaptarse a su estilo. Un estilo propio que en ocasiones es más bien una reelaboración de estilos-referentes anteriores. Hay un hecho curioso por otro lado, la inspiración para sus proyectos les suele surgir en lugares fashion, seguimos con el spanglish, o paradisíacos.

Algunos de estos diseñadores se considerarán narradores. Sus interiores y muebles “contarán historias”. Sus proyectos más que solucionar problemas, serán por tanto equivalentes a novelas, películas, obras dramáticas… Diseños que contarán historias pero que en muchas ocasiones no tendrán en cuenta la historia del propio interior o del mueble.

Hay un término común a prácticamente todos los diseñadores estrellas, innovación. Uno de sus conceptos claves, uno de sus “mantras”.  Innovación, originalidad, sea o no necesaria, sea o no contraproducente. La novedad quizá por la novedad.

Pero quizá lo que mejor les defina es su sentido del espectáculo. El diseñador estrella se sabe “vender”. Vende tanto sus proyectos como a sí mismo como personaje. Utiliza frases que puedan ser titulares con facilidad. Tiene muy claro que vivimos en una “sociedad del espectáculo”.

Siento decírselo, pero prefiero antes que a los diseñadores estrellas al diseñador humilde, al que considera el diseño como un oficio, como una labor para solucionar problemas. A esos diseñadores y diseñadoras que desde la discreción han realizado proyectos bien hechos.

Texto: Fausto Sánchez-Cascado «Historiólogo creativo»

Foto portada: Philippe Starck / Six Bras / web starck.fr

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