No hagas ruido mientras comes

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Mastica con la boca cerrada y acude a restaurantes donde la acústica sea la adecuada. El nivel del sonido en la sala debe depender del criterio del hostelero y no (nunca) de un error de interiorismo 

¿Cuántas veces has deseado que se callaran de golpe todas las personas del restaurante para poder escuchar, de una vez por todas, al amigo que tienes enfrente? Todos hemos atravesado esa crisis, en la que deseamos que cese el tintineo de tenedores de la mesa de al lado. Que se acaben las risotadas del grupo de atrás, porque solo te apetece echar a correr sin consultar la carta de postres. El ruido en un bar, donde el comensal quiere disfrutar de la comida, es una de las deficiencias más exasperantes y un motivo más que justificado para no regresar jamás. Por suerte, el interiorismo está de nuestra parte para plantear soluciones acústicas…

y de eso sabemos algo en Tiovivo Creativo. 

Para evitar todas estas molestias, tan solo hay que llevar a cabo un acondicionamiento acústico de las instalaciones, siempre dependiendo de las necesidades del negocio. No es lo mismo un bar que un restaurante de estrella Michelin. Al igual que sucede con la distribución o la iluminación, las decisiones en materia de sonido se deben ajustar al caso y al objetivo (no nos cansamos de decirlo). A partir de ahí, encontramos a nuestro servicio diferentes recursos para conducir el sonido por cualquier establecimiento, y someterlo a nuestra voluntad. Si sucede al contrario, ya podemos prepararnos para perder dinero. 

Hagamos un repaso por las medidas más eficientes a la hora de controlar el ruido. En esto pasa como con la ensaladilla: en ningún restaurante es igual a otro. 

Puestos a contener el sonido 

– Instala paneles fonoabsorbentes. Lo básico, lo principal, lo mejor. Ya estén situados en el techo o en las paredes, absorben el ruido y reducen la permanencia del sonido en la estancia (la llamada reverberación). En el mercado actual, hay infinidad de soluciones. Y además, con todo tipo de acabados en textil, maderas, lacados, barnizados… 

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En la reforma del restaurante ZACARÍAS, en València, TIOVIVO CREATIVO optó por utilizar un panel acústico fonoabsorbente de acabado textil para mejorar la reverberación 

Utiliza materiales porosos. Aplica el sentido común: si escoges un suelo de material muy duro, el sonido rebotará y el ruido crecerá. ¡Sorpresa! Por el contrario, si apuestas por los materiales porosos o absorbentes, específicamente pensados para minimizar el impacto acústico, así como por los tejidos especiales, reducirás la reverberación. 

Separa los espacios. Lo ideal es plantear una correcta distribución durante la obra, pero si ya no llegas a tiempo, siempre quedarán los separadores, los paneles y hasta los textiles. Diferencia las zonas del restaurante, de manera que los gritos del chef no lleguen a la sala y el murmullo de la barra no se cuele en el comedor. 

Cuidado con la cocina abierta. Cada vez es más frecuente la fusión de los fogones con la sala, por cuanto aporta de valor añadido a la experiencia gastronómica, pero se deben tomar precauciones. Cuidado con los electrodomésticos que hacen ruido, evita los golpes repentinos y advierte a los cocineros de que hablen en voz baja. 

Aísla las ventanas y las puertas. Es maravilloso que la sala tengas vistas a una gran avenida, pero nadie quiere escuchar motores y bocinas mientras se toma el café. Te va a tocar instalar ventanas y puertas reforzadas, de doble acristalamiento, que combinen la belleza con la funcionalidad. Con ello también contribuyes a la climatización. 

Juega con la distribución de las mesas. Muchos restaurantes ofrecen plazas por encima de sus posibilidades. Vale la pena hacer cinco mesas y que las cinco salgan satisfechas. Esto no sucederá si incomodas al cliente, acercando en exceso su mesa a la de otros, e impidiendo que pueda deshacerse en elogios (cursis) hacia su pareja. 

Pónselo fácil al personal. Los camareros deben poner su granito de arena y tratar de crear un ambiente de confort, también en lo que a acústica se refiere. Esto significa no chillar, por supuesto, pero también no arrastrar sillas (por si acaso, coloca tapas de goma en las patas) y manipular con cuidado la vajilla (ponles fácil el camino a la mesa). 

Diferencia acondicionamiento de insonorización. La actuación del profesional no es igual, ya que partimos de problemas distintos. Acondicionar significa reducir el ruido del interior, mientas que insonorizar implica evitar la salida hacia el exterior, para lo que habrá que tomar medidas en las puertas, los conductos y otros aspectos técnicos. 

Controla esa música. Ya iremos luego a la discoteca. De momento, hemos venido a comer y charlar con nuestro acompañante, así que se agradece un hilo musical… ¿discreto? Y recuerda, la música que te gusta a ti, no tiene por qué gustar al cliente. 

Nos gusta repetirlo: Tiovivo Creativo siente debilidad por el sector de la restauración como ya hablamos de soluciones para hacer restaurantes más friendlys y cómo mejorar su iluminación. Si tienes problemas de acústica en tu restaurante, o quieres acometer una obra donde las soluciones acústicas queden completamente bajo control, podemos ayudarte. Lo haremos como todo: a la chita callando, pero rápido y bien, para aumentar la confortabilidad de tu espacio.

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Texto: Almudena Ortuño, tioviver y periodista especializada en gastronomía y canal horeca

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