El concepto de interiorismo como espectáculo tiene como antecedente la idea de la sociedad del espectáculo que surgió por primera vez en la obra de Guy Debord La sociedad del espectáculo de 1967. Debord era el líder de la Internacional Situacionista una organización izquierdista de la década de los sesenta. En la obra se analizaba la sociedad occidental como una sociedad en que la representación era el elemento esencial, en que la vida y los productos eran una mercancía. Productos que más que valor de uso tienen un valor de cambio. Esta idea tiene un antecedente lejano en la época Barroca en que la Contrarreforma potenció los aspectos de espectáculo en el ámbito religioso, en la construcción de catedrales, en los rituales religiosos. El diseñador André Ricard en su artículo El diseño en la sociedad del espectáculo nos ayuda a concretar más el concepto. La sociedad occidental, como aldea global, es una sociedad ansiosa de espectáculo. La información es global, abundante y, en la mayor parte de casos, solo somos de ella espectadores no protagonistas o participes como en otras épocas. Es por ello por lo que se busca en la información, en los productos, la espectacularidad. Es tal el exceso de información que nos llega que para “vender” se requiere que la información, que el producto, destaque y ello se consigue buscando la atención mediante el espectáculo.
El diseño y, como parte importante de él, el interiorismo forman parte de esta sociedad del espectáculo. Podemos hablar de un interiorismo como espectáculo. Interiores como productos-mercancías que se venden y se compran. Mobiliario integrado en los interiores, que se entienden como esculturas. Interiores y mobiliario que siguen la moda, como la sigue la indumentaria.
Parte importante del interiorismo como espectáculo viene de los interioristas. Diseñadores de interior, por citar algunos como Starck, Rashid o Hayón, que adoptan un estilo de showmans, de estrellas de rock, de artistas. Que “venden” sus interiores como relatos, como parte de una filosofía vital. Interioristas con sus “grupis” que convierten lo que dice su interiorista preferido como un principio de autoridad. Antecedente de este tipo de interiorista fue el diseñador Raymond Loewy, el padre del styling en los años treinta.
Ferias, muestras, eventos de mobiliario e interiorismo en muchos casos devienen teatros, salas de conciertos, espacios del espectáculo del interiorismo. La Feria del Mueble de Milán, nuestra Casa Decor, por citar algunos casos, en muchas ocasiones, son más lugar de exhibición que de muestra de diseño interior. Valorándose más lo que de espectacular tiene el estand que el espacio mostrado.
En ocasiones se indica que lo que no está en la Red no existe. Las Redes Sociales son un elemento básico de la sociedad del espectáculo. Los interiores que no están en las Redes no existen. Los interiores se miran en las Redes pero no se ven.
Como indica Ricard, esta visión del diseño como espectáculo lleva a que se le pueda considerar como algo frívolo o lúdico. También es cierto que ha servido para visualizarlo, para darle entidad. Pero echamos de menos un interiorismo más “callado”, más centrado en el “buen diseño”. Un interiorismo que como el diseño en general tenga como base la solución de problemas, el hacernos la vida mejor, más fácil. Un interiorismo, un diseño de mobiliario en la línea de diseñadores como Marcel Breuer, Zumthor o Prouvé.
Un interiorismo espectacular por su funcionalidad, por su belleza, más que un interiorismo espectáculo.
Texto: Fausto Sánchez-Cascado «historiólogo creativo»
Fuentes
_ DEBORN, Guy. La sociedad del espectáculo. Pre-Textos, 2005
_ https://foroalfa.org/articulos/el-diseño-en-la-sociedad-del-espectaculo
_ https://www.tiovivocreativo.com/blog/diseno/karim-rashid-disenador-estrella/
_ https://www.tiovivocreativo.com/blog/arte/jaime-hayon-arte-artesania-diseno/
_ https://www.tiovivocreativo.com/blog/diseno/disenadores-estrella/
